Scranton, una localidad localizada en el estado de Pensilvania, ha desempeñado un rol esencial en el respaldo de Estados Unidos a Ucrania durante la invasión rusa. Conocida por su pasado industrial y por ser la ciudad natal del expresidente Joe Biden, Scranton se ha transformado en un emblema del compromiso de Estados Unidos con la defensa ucraniana, gracias en particular a la Fábrica de Artillería del Ejército localizada allí. Esta instalación, que fabrica proyectiles de 155 mm, ha sido un elemento crucial en el abastecimiento de municiones para las fuerzas ucranianas, contribuyendo a detener los progresos rusos en el conflicto.
Scranton, una pequeña ciudad ubicada en el estado de Pensilvania, ha jugado un papel crucial en el apoyo de Estados Unidos a Ucrania durante la invasión rusa. Conocida por su historia industrial y por ser el hogar del expresidente Joe Biden, Scranton se ha convertido en un símbolo del compromiso estadounidense con la defensa ucraniana, en particular gracias a la Planta de Artillería del Ejército local. Esta planta, que produce proyectiles de 155 mm, ha sido un componente vital en el suministro de munición para las fuerzas armadas de Ucrania, ayudando a frenar los avances rusos en la guerra.
Aunque ha sido fundamental en el conflicto, el porvenir de Scranton y su fábrica de artillería ha sido influenciado por las decisiones políticas tomadas a nivel nacional. La administración del expresidente Donald Trump, que en diversas ocasiones manifestó su intención de disminuir el respaldo de Estados Unidos a Ucrania, ha dejado en una situación incierta a muchas comunidades que dependen de estas industrias. Las presiones de Trump para alcanzar un acuerdo de paz que incluya concesiones a Rusia han provocado inquietud entre los habitantes de Scranton, quienes temen que las políticas estadounidenses puedan desmantelar años de esfuerzo en respaldo a Ucrania.
La alcaldesa de Scranton, Paige Cognetti, ha expresado su inquietud sobre cómo las alteraciones en la política exterior podrían impactar no solo la seguridad de Ucrania, sino también la estabilidad económica de su urbe. De acuerdo con Cognetti, la fábrica de artillería ha sido un pilar significativo de empleo, proporcionando cientos de trabajos bien pagados. La planta es considerada un símbolo de cómo la industria local ha jugado un papel esencial en el respaldo militar de Estados Unidos, y su posible cierre o disminución de actividades podría tener un impacto notable en la economía local.
A pesar de la preocupación por el destino de la planta, los habitantes de Scranton se sienten orgullosos de su aporte al esfuerzo militar y su vínculo con la comunidad ucraniana. En la ciudad hay varias iglesias ucranianas y una activa diáspora ucraniano-estadounidense que ha estado recaudando fondos para la causa ucraniana y organizando eventos solidarios. Los sentimientos en la ciudad están divididos, ya que, aunque Scranton ha sido tradicionalmente un bastión del Partido Demócrata, el apoyo a Trump ha aumentado en años recientes, especialmente entre quienes creen que Estados Unidos debería centrarse en resolver sus propios problemas antes de seguir financiando a Ucrania.
A pesar de la preocupación por el futuro de la planta, los residentes de Scranton se mantienen orgullosos de su contribución al esfuerzo bélico y su conexión con la comunidad ucraniana. En la ciudad existen varias iglesias ucranianas y una activa diáspora ucraniano-estadounidense que ha estado recolectando fondos para la causa ucraniana y organizando eventos de apoyo. Los sentimientos en la ciudad están divididos, ya que aunque Scranton históricamente ha sido un bastión del Partido Demócrata, el apoyo a Trump ha crecido en los últimos años, especialmente entre aquellos que creen que Estados Unidos debería centrarse en resolver sus propios problemas antes de continuar con el gasto en Ucrania.
El debate sobre el apoyo a Ucrania también se refleja en las conversaciones cotidianas de los residentes. Algunos, como Brandon Lux, un trabajador del sector salud, temen que la reducción de la ayuda militar a Ucrania pueda tener consecuencias tanto para el futuro del país invadido como para las comunidades como Scranton que dependen de estas industrias. Por otro lado, otros como Fran Fitzgerald, una residente que apoya a Trump, sienten que la prioridad debe ser cuidar a la población estadounidense, sugiriendo que el dinero utilizado en Ucrania debería invertirse en infraestructuras locales, como el arreglo de las carreteras de la ciudad.
Este conflicto de intereses no solo se refleja en las opiniones personales, sino también en el ámbito político local. Scranton, que fue escenario de una estrecha contienda presidencial en 2024, se encuentra en una encrucijada, con la creciente polarización política reflejada en las elecciones y en los comentarios de los residentes. Aunque el estado de Pensilvania sigue siendo un territorio clave en la política estadounidense, el futuro de la ciudad y de sus industrias, incluidas las relacionadas con la producción de armamento, dependerá en gran medida de las decisiones que se tomen a nivel federal.
En este contexto de incertidumbre, la planta de artillería de Scranton sigue siendo una pieza esencial en la maquinaria de apoyo a Ucrania. Sin embargo, las decisiones que tomen los líderes políticos sobre la continuidad de este apoyo podrían cambiar el rumbo de la ciudad, tanto en términos de empleo como de su papel en la geopolítica mundial. Mientras tanto, los residentes siguen observando con atención los desarrollos políticos, conscientes de que las decisiones sobre el futuro de Ucrania también afectan directamente a su comunidad.