México militariza sus playas | EL PAÍS México

Playas de arena blanca y agua azul turquesa, bikinis de diseñador, bebidas frías, cuerpos bronceados y un desfile de ametralladoras y uniformes de camuflaje. La imagen tiene algo de distópica, pero es la realidad de estos días en la costa mexicana. El contraste lo ilustra perfectamente una fotografía compartida por el gobernador de Quintana Roo, Mara Lezama: dos soldados patrullan una costa de Cancún portando sus propios fusiles, mientras, al fondo, una turista en traje de baño negro, gorra del mismo color y teléfono en la mano, se deja bañar por las olas en los tobillos.

México ha militarizado sus playas. Más de 8.000 efectivos de la Guardia Nacional, la Armada y el Ejército se han desplegado entre las principales zonas turísticas del país. La medida es un intento del Gobierno por salvar la Semana Santa luego de que al menos ocho asesinatos empañaran el lunes la idílica imagen de postal en dos de los principales destinos vacacionales: Acapulco, en el Estado de Guerrero, y Cancún, en Quintana Roo. El Gobierno ha repartido 4.724 militares entre las dos ciudades, Tulum, Puerto Vallarta, Mazatlán o las costas de Veracruz. Además, otros 3.800 militares estarán a cargo de resguardar las carreteras del país.

El despliegue de fuerza lo completan seis helicópteros, 755 patrullas, 377 camiones, 10 lanchas y 45 vehículos todo terreno, anunció esta semana el secretario de Defensa, Luis Cresencio Sandoval. Las Fuerzas Armadas también se encargarán de la seguridad de 14 aeropuertos y 42 estaciones de autobuses. La presencia de militares será constante desde el pasado fin de semana hasta el 16 de abril, fechas en las que se prevé una mayor afluencia de turistas a las costas. México es uno de los 10 países más visitados del mundo y espera ingresar más de 160.000 millones de pesos (unos 8.002 millones de euros) durante la Semana Santa, según la agencia Efe.

Acapulco: ostiones, cerveza y balas

“¿Cómo están, chicos, se están divirtiendo? Pues aquí vamos a saludarlos, para que sepan que estamos para lo que necesiten”, dice uno de los soldados que se han acercado a la mesa en la playa La Angosta, donde unos turistas pasan la tarde entre ostras y cerveza en Acapulco. . La costa está llena de soldados y guardias nacionales patrullando entre cientos de semanas anteriores y, aun así, no han podido evitar los tiroteos que ya han dejado al menos cuatro muertos y otros cuatro heridos en la ciudad.

En el restaurante La Cabaña, en la playa Caleta, un lugar popular que en ese momento estaba lleno de visitantes que entraban y salían del agua, un tiroteo el lunes dejó al menos cuatro muertos, tres hombres y una mujer, y cuatro heridos. según la prensa local. Un trabajador náutico también resultó herido en la playa de Dominguillo. Durante el fin de semana, un cuerpo fue encontrado envuelto en una bolsa de plástico negra en la calle Ejido Las Pozas. Y el viernes, otro cuerpo en avanzado estado de descomposición apareció flotando en la playa privada del hotel Las Brisas.

Los muertos y heridos se mezclan con los que disfrutan de la playa esta semana libre, sin que los disparos ahuyenten a la gente. Algunas playas de Acapulco, como La Caleta, son muy concurridas y la gente no encuentra mejor lugar para escapar del calor húmedo que baña toda la ciudad. Pareciera que los lugareños, incluso los de la Ciudad de México, saben a lo que se exponen, pero se arriesgan aceptando el deseo “no me va a tocar”. Pero las coincidencias son cada vez más raras. Dada la cantidad de balaceras y la presencia de uniformados caldeándose en sus patrullas, pareciera que cualquiera puede ser blanco, en cualquier momento, de una bala perdida.

El Gobierno desplegó elementos de la Armada en el Caribe mexicano.
GOBIERNO DE QUINTANA ROO

Los lugareños saben que la región está ocupada por el crimen organizado. Ubican sus negocios y conocen perfectamente las extorsiones que sufren quienes se dedican a ganar dinero vendiendo dulces, mariscos, ropa, hamacas o llevando a la gente por el mar, por ejemplo, en el Banana, como llaman al obús navegable arrastrado por un pequeño bote

La violencia y la inseguridad apenas hacen mella en la afluencia turística de la ciudad: el miércoles la ocupación hotelera superaba el 73%, según la Secretaría de Estado de Turismo. Sin embargo, hay quien prefiere resguardarse: los negocios cierran muy temprano, algunos a las ocho de la noche, otros incluso antes, los más atrevidos a las nueve. Y, cuando el sol se ha puesto y los más pequeños beben y disfrutan mirando la espuma blanca del agua, los uniformados siguen caminando sobre la arena. No es un día normal en la playa, aunque lo parezca. Las armas largas vigilan las olas.

Cancún, hoteles de lujo y ajuste de cuentas

Al otro lado del país, en la costa este mexicana, cuatro cuerpos fueron encontrados sobre la arena de una de las paradisíacas playas de Cancún, frente al lujoso hotel Fiesta Americana Condesa. Los medios locales hablaron de un ajuste de cuentas entre narcotraficantes por el control de la zona. No es la primera vez que la violencia golpea al Caribe mexicano. Las balas perdidas han matado a turistas en Tulum, Playa del Carmen y el propio Cancún. Países como Estados Unidos han instado a sus ciudadanos a “tomar mayores precauciones” a la hora de viajar a estos destinos. Pese a todo, al inicio de la semana la ocupación hotelera superó el 80% en la ciudad.

Tras los asesinatos en Cancún y Acapulco, el Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET) ha exigido a las autoridades asegurar que los destinos turísticos del país sean espacios de seguridad personal, patrimonial y social, tanto para la población local como para los turistas internacionales y nacionales que nos visitan.” “El país y los destinos turísticos no deben ni pueden seguir viviendo en un ambiente de violencia e inseguridad”, dijo la dependencia.

La Guardia Nacional recorre el puerto de Acapulco.
La Guardia Nacional recorre el puerto de Acapulco.Carlos Alberto Carbajal (CUARTO OSCURO)

En respuesta, el Gobierno de Quintana Roo ha llenado las redes sociales con fotografías de militares desfilando por sus costas, armados hasta los dientes, perfectamente formados y con uniformes impecables. Una estrategia de militarización que el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, ha utilizado anteriormente para combatir la violencia con resultados mixtos; en la seguridad aeroportuaria y hasta en el metro de la Ciudad de México, en medio de fuertes críticas de la oposición y organizaciones civiles. Ahora, los militares también han desembarcado en las playas.

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By México Actualidad

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