a juzgar por el Curriculum vitae del candidato Omar Mejía Castelazo, el gobierno federal en México optó por un perfil altamente técnico para ocupar el cargo de vicegobernador del Banco de México, vacante desde principios de año. El Ministerio de Hacienda informó este jueves que ha propuesto que el economista se incorpore a la Junta de Gobierno del banco central. La postulación, enviada al Senado, debe ser ratificada para que Mejía asuma el cargo.
Poco conocido entre los analistas económicos de firmas privadas, Mejía se incorporó al Banco de México como asesor de la vicegobernadora Galia Borja en 2021, según su perfil de LinkedIn. Recientemente, Mejía y Borja publicaron una investigación sobre el funcionamiento del régimen de metas de inflación, bajo el cual opera el Banco de México, durante la pandemia del covid-19. Mejía terminó un posgrado en Economía Monetaria y Financiera en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde años antes realizó la licenciatura en Economía, también según su perfil en la red social. A la petición de EL PAÍS de conocer su fecha de nacimiento, el Banco de México respondió que eso “no es información pública”.
El candidato “cuenta con una sólida base académica y amplia experiencia para cumplir con esta responsabilidad”, señala el comunicado emitido por el Ministerio de Hacienda. “Cuenta con 20 años de experiencia en el análisis de temas de política monetaria, administración financiera, finanzas públicas y bancarias, hacienda pública y proyectos de infraestructura”, agrega la dependencia.
Su primer cargo bajo la administración de López Obrador fue como subtesorero de la Federación, período en el que trabajó en la entrega de pequeños créditos destinados a ayudar a las microempresas durante los períodos de confinamiento por la pandemia. Anteriormente, Mejía fue director general de Administración Financiera del Gobierno de la Ciudad de México.
Gerardo Esquivel, un reconocido economista cuyo mandato como vicegobernador venció el último día de 2022, se destacó entre sus colegas por preferir una política monetaria más laxa, es decir, con tasas de interés bajas para evitar un impacto negativo en el crecimiento económico.
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