El gobierno federal y los exempleados de Mexicana de Aviación llegaron a un acuerdo para la venta de activos de la extinta aerolínea por 816 millones de pesos, 12 años después de que la aerolínea de bandera se declarara en quiebra en 2010. La Administración de Andrés Manuel López Obrador ha negociado con la principales sindicatos de pilotos, auxiliares de vuelo y empleados jubilados de aerolíneas para adquirir los bienes en manos de los trabajadores: dos simuladores de vuelo, un centro de entrenamiento, un departamento en Balderas (Ciudad de México) y un edificio en Guadalajara, Jalisco, y sobre todo el codiciada marca mexicana que el presidente busca superar en su nueva aerolínea operada por el Ejército. Tras más de una década en tierra, los extrabajadores avalaron la propuesta del Gobierno, aunque admiten que no alcanza para cubrir ni el 10% de la deuda que correspondería a los empleados afectados.
El capitán José Alonso Torres, secretario de prensa de la Asociación Sindical de Pilotos de Aviación (Aspa), detalla que tras la firma del convenio entre el gobierno federal y los exempleados que aún luchaban tras la quiebra de Mexicana, los gremios iniciaron el proceso ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCyA) para desistir de los embargos y así continuar con el proceso de compraventa. Alonso Torres reconoce que este acuerdo deja un sabor agridulce entre los exempleados de Mexicana de Aviación porque aproximadamente reconoce que los ex trabajadores no obtendrán ni el 10% de lo que se suponía que debían ganar cuando la empresa se declaró en quiebra. “Lo que prevaleció, aunque no estamos contentos, fueron las familias mexicanas. Si nos oponemos, nos vamos a ir otros 12 años y esto nunca acabará”, insiste.
El tiempo y la devaluación de los activos han jugado en contra de los extrabajadores de Mexicana de Aviación que han terminado aceptando la oferta del Gobierno de López Obrador. Aunque el gremio puso a la venta al Ejecutivo también las otras marcas de la empresa como Mexicana Click y Mexicana Link, a la Administración federal solo le interesó el nombre insignia de la aerolínea.
Una vez que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes deposite el dinero y se liberen los bienes, los recursos se distribuirán entre los empleados afectados. El representante gremial comentó que para la distribución de estos recursos se tendrá en cuenta el último salario ordinario pagado en julio de 2010, antes de que la aerolínea dejara de operar, y los recursos se distribuirán de acuerdo al salario y antigüedad de los trabajadores. .
El representante gremial advierte que, si bien en el momento en que finalmente quebró Mexicana de Aviación, en 2014, había más de 7,500 empleados, ahora tendrán que hacer un nuevo censo para verificar cuántos extrabajadores siguen afectados por la caída de la empresa y entre ellos se repartirán los 800 millones de pesos que el Gobierno se comprometió a pagar antes del 15 de febrero. El convenio fue firmado por ASPA, la Asociación Sindical de Auxiliares de Vuelo de Aviación de México (ASSA), el Sindicato de Trabajadores del Transporte (SNTTTASS) y la Coalición de Empleados de Confianza.
Alonso también dice que no hay promesa de trabajo una vez que este nuevo mexicano tome vuelo. Sin embargo, destaca que hay miles de trabajadores especializados que pueden incorporarse al nuevo proyecto aéreo operado por las Fuerzas Armadas. “No es lo que esperábamos de dinero y además sabiendo que se va a lanzar una nueva aerolínea, de la cual no sabemos el plan de trabajo, cómo van a operar, la competencia que se está creando y podría ser un daño a nosotros. que trabajamos en la industria”, refiere. López Obrador espera que la nueva aerolínea despegue a fines de 2023, al mismo tiempo que el Tren Maya.
El proyecto estatal de López Obrador, bajo la marca mexicana, no solo operará una flota de 10 aviones, incluido el polémico avión presidencial, sino que administrará otros seis aeropuertos —entre ellos el Felipe Ángeles, en el Estado de México— y el megaproyecto ferroviario en el sureste del país: el Tren Maya.
Mexicana de Aviación fue la primera firma en recibir la primera concesión de transporte aéreo comercial en México en 1921. Aunque durante décadas funcionó como una aerolínea de capital mixto, en la década de 1990 volvió a manos privadas y en 2005 —durante el Gobierno de Vicente Fox —fue adquirida por Grupo Posadas a la familia Gastón Azcárraga. La firma fue durante años la aerolínea más grande de América Latina, pero tras casi 90 años de operación aterrizó repentinamente por el crac económico de agosto de 2010 y cayó en bancarrota en medio de una crisis financiera, dejando a más de 7.000 en la calle. empleados.
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